jueves, 18 de enero de 2018

He vuelto!

¡Hola! He vuelto, sí, después de unos cuantos meses. Empezaré hablando de por qué me fui, y después os contaré por qué he vuelto, ¡así voy en orden!

Hace más de un año comencé este blog para compartir mis andanzas en el mundo de la infertilidad, cuando ya contaba con más de año y medio buscando embarazo. Ocurrió que en enero del año pasado... ¡Lo conseguí! En el segundo ciclo de estimulación ovárica una de esas bolas gordotas que aparecieron en mis ovarios fue conquistada por uno de los bichos de mi marido, y se quedó con nosotros.

Esta historia tan bonita, con un principio lleno de ilusión y un final tan de cuento de hadas, tuvo un camino plagado de incertidumbre, dolor y ante todo miedo. Durante el tiempo que duró la búsqueda (no sólo del embarazo, sino de respuestas, de clínicas y de buenos profesionales) era miedo a no conseguirlo nunca. Una vez que llegó el positivo, muy en contra de lo que creía qué ocurriría, llegó el terror. Y me pilló tan de sorpresa que me quedé paralizada. Y muda.

Dejé que fueran pasando las semanas, esperando que ese terror fuera dejando lugar de nuevo a la ilusión y, para cuando ésta regresó, yo ya estaba más allá de las 25 semanas de embarazo. Me duele reconocer que más de la mitad de una de las etapas más increíbles de mi vida la pasé de esta manera tan poco bonita. Yo, que siempre he sido una romántica empedernida, viví todo el proceso entre datos, estadísticas, números y probabilidades. Un poco frío, ¿no?

Pero bueno, no todo fue terror, viví momentos increíbles, que atesoro en mi memoria, y poco a poco iré sacando huecos para contarlo todo aquí. Por eso he vuelto. Tengo mucho que contar y puede estar bien compartirlo. Por si a alguien pudiera servirle, ya sea de una manera práctica o simplemente para entretenerse un rato. Y porque sé que a mí también me servirá sacarlo de dentro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario