sábado, 10 de marzo de 2018

La histerosalpingografía

No os voy a engañar. Esta prueba me daba bastante miedo. Es inevitable, desde que internet existe, casi todos nos lanzamos a Google cada vez que nos encontramos con una de esas palabrejas médicas que no entendemos. No era la primera vez que escuchaba ese término, desde que llegué a la #infertilpandy muchas chicas ya habían contado sus experiencias con esta prueba.

Aún así, no dudé en teclear en el buscador el largo palabro para buscar mas información; desde blogs y foros llegaban a mis ojos las experiencias de numerosas chicas que habían tenido que someterse a la histerosalpingografía de cara a sus tratamientos de fertilidad. Algunas contaban que no habían notado mas que el espéculo. Otras, que habían sufrido un dolor bastante agudo, muchísimo peor que una mala regla.

La histerosalpingografía es una prueba diagnóstica, una radiografía pélvica en la que se introduce un liquido de contraste en el útero para ver la forma de su cavidad, además de la permeabilidad de las trompas de falopio. Se introduce un espéculo en la vagina, a través del cual se pasa una sonda que se infla en el cuello del útero formando un tapón. Por esa sonda se introduce el líquido de contraste que debe llenar todo el útero y pasar por las trompas de falopio para mostrar una imagen clara de cómo andan las cosas por ahí dentro.

Mi ginecóloga me comentó que esta prueba también podría desatascar y limpiar las trompas, lo que facilitaría un embarazo después. Así que ya fuera para facilitar el paso a los bichis en el próximo ciclo de estimulación o como paso necesario para saber si necesitaría una Inseminación artificial o una FIV, me armé de valor e, incluso, llegué a entusiasmarse por que llegara el día y pasar la prueba.

Me mandaron ir entre el día 12 y el 20 de ciclo, y tomar antibióticos desde dos días antes y continuar con ellos hasta tres días después para evitar infecciones. Me dijeron que era muy importante no mantener relaciones sexuales desde la regla, requisito indispensable, puesto que el contraste arrasa con lo que haya en el útero lo que hace que la histerosalpingografía sea abortiva, y yo pero a ver, alma de cántaro, si yo no ovulo, si estoy aquí porque no me he preñao en dos años... pero entiendo que tomen las precauciones que sean necesarias.

Llegó el día. Fui acompañada de mi madre. Después de más de una hora de nervios en la sala de espera, por fin mi número apareció en la pantalla y me hicieron pasar. Tuve que desnudarme de cintura para abajo, me dieron una de esas batitas de papel verde tan monas, y me pidieron que me tumbara en la camilla de la máquina de rayos. Entré un poco en pánico cuando vino una enfermera con poquito tacto y me dijo que tenía que abrirme una vía... ¿una vía? ¿para qué? Terror de nuevo, con lo bien que iba todo. Resulta que había un precedente de una pobre muchacha que en un intento para tranquilizarse de cara a la prueba se había tomado no sé cuántos valium, se desplomó, se cayó de la camilla al suelo, se abrió la cabeza y tuvieron que ingresarla, y desde entonces siempre abren una vía por si acaso. Ah, bien, me dejas mas tranquila, maja. Para acabar, la enfermera me roció abundantemente los bajos con un desinfectante bien frío. 

Chichi fresco y vía puesta, todo listo para empezar. Vino el chico que había estado tecleando cosas en un ordenador de una sala a parte comunicada con un cristal. Espéculo en mano me tranquiliza y dice que me irían avisando de todos los pasos que iban a dar en la prueba. Menos mal, éste parece majo, me fiaré de él... Introduce el espéculo, lo cual nunca es cómodo, y pasa algo a través de él. Me avisa de que voy a notar un poco de presión sin dolor. Todo ok, continúa... Ahora me avisa de que va a pasar el contraste, que es lo que podría doler, pero que será un momentito. 

Efectivamente, al pasar el contraste, aparece un dolor muy familiar, como cuando te está bajando la regla, pero bastante más intenso. Molesta, sí. Pero es soportable. Concentrada en lo que estoy sintiendo en la pelvis y sin casi pestañear por si moverme pudiera causarme más dolor, todos se meten a la otra sala y me miran a través del cristal. Casi me infarto cuando de repente salió una voz masculina por un altavoz pidiéndome que girara la pelvis hacia uno de los lados para verme un poco más de perfil. Pero, ¿cómo espera éste que me mueva yo con todo esto aquí metido? Hice un esfuerzo enorme inclinando la cadera hacia un lado, totalmente acojonada por si me arrancaba algo de lo que me habían puesto. 

Por fin la enfermera abrió la puerta y me dijo que ya habíamos acabado. Uff, que mal rato, pero si no era para tanto, ni dos minutos... Me sacó el espéculo y todo lo demás, y se dispuso a quitarme la vía. Bromeé con que conmigo por suerte no habían tenido que usarla, y ella se rió. ¿Ves? No cuesta tanto ser simpática. Volvió a salir el doctor de su sala para decirme como había ido todo. Ambas trompas permeables. Bien. Pero el útero es arcuato y tiene que realizar ciertas mediciones para determinar si podría afectar en caso de embarazo. Por suerte en este hospital no tienes que esperar a la siguiente consulta para saber resultados porque los cuelgan en el portal del paciente. Esa misma tarde consulté la web, y ya habían subido el informe y las imágenes.

Uy, me lo esperaba algo más... ¿simétrico?

En el informe dice: útero arcuato como variante de la normalidad. Ambas trompas son permeables. Todo está bien. Vamos a por la siguiente estimulación ovárica por lo privado. Tenemos tiempo para hacer otros dos ciclos antes de la siguiente cita en la Seguridad Social.

No hay comentarios:

Publicar un comentario